La madre e hija, ambas gordas y grasientas, no han dormido en toda la noche nada más con pensar en el negro que se iban a follar las dos juntas al día siguiente. En cuanto ha llegado a casa, le han dado la bienvenida con pancartas y sin medias apenas palabras, las dos gordas han comenzado a devorar la gran polla del negro.
Una polla negra para una madre y una hija
You must be logged in to view or write comments.